miércoles, 24 de agosto de 2011
El Diablo metió la cola. Sí, porque después de los días nublados y la lluvia, salió el sol en Porto Alegre.
Con una temperatura más alta, Independiente buscará quedarse con el título en Brasil.
El viento alejó las nubes y en Porto Alegre salió el sol. Después de dos días típicos de invierno, de bajas temperaturas, y mechados con lluvia, la sede de la finalísima de la Recopa Sudamericana amaneció cálida. Y, desde temprano, sus calles que laten al ritmo de una ciudad en día laboral se fueron llenando de camisetas rojas. ¿Coloradas de Inter? No, las del fuego sagrado del Diablo.
Los hinchas de Independiente están desembarcando en masa en la capital del estado de Río Grande do Sul, con la ilusión de volverse a Argentina con la 17ma. copa internacional para la vitrina del club. Cruzaron la frontera por tierra (autos particulares y unos 40 micros) y por aire (vuelos de línea y aviones chárter contratados para la ocasión. Como la mayoría llegó sin reserva hotelera (se vuelven tras el partido o mañana), fue muy normal toparse con ellos, con su mochila al hombro y vestidos con la indumentaria del equipo de Avellaneda. Las hay de todos: camisetas ochentosas que conocieron de hazañas coperas, hasta el reciente modelo con números dorados que se preparó especialmente para la Copa Suruga Bank en Japón. Y banderas. Muchas banderas. De Dock Sud, Virreyes, Lanús... De todos lados.
Las localidades que cedió Inter (se vendieron todas en Buenos Aires y se agotaron) son 3.000, aunque se espera un concurrencia mayor. Algunos hicieron amistad e intercambiaron vestimenta con el adversario de esta noche. A modo de souvenir. Y, los más arriesgados, se pasean por la calle con ropa del Rojo y gorras del Gremio, clásico rival de los Gauchos. no es un dato menor: el clásico estadual, correspondiente al Brasileirao, se juega el domingo.
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