miércoles, 26 de enero de 2011
El Turco se fue feliz con el resultado más que con el juego y está con confianza para la vuelta. “Tenemos el oficio de la Sudamericana”, dijo.
La Copa es lo más lindo! Vuelve la mística. Hoy ganar no es todo, es lo único”.
En su espacio de Twitter, Antonio Mohamed tiene de fondo una imagen de un vestuario con mucho rojo y excesivos gestos de alegría, en la que se lo ve besando la Copa Sudamericana. Ayer, en el arranque del nuevo sueño, que es la Libertadores, el Turco lanzó este mensaje para sus casi 3.900 seguidores. Y luego, en la cancha, demostró que ganar era lo único...
Pantalón negro y camisa manga larga (arremangada) también negra, Mohamed estuvo parado casi todo el partido (sólo encontró tranquilidad luego de los goles), aprovechó las interrupciones para dar indicaciones, reclamó ante las infracciones del Quito y realizó varios cambios tácticos durante el juego, en búsqueda del triunfo. De la línea de tres pasó a la de cuatro con la salida de Maxi Velázquez, con Cabrera y Mareque por los laterales, mandó a Tuzzio al medio y al final metió a Pellerano por Defederico para proteger una zona flaca. También hizo señas en las pelotas paradas, después de haber trabajado en eso durante casi una hora en la práctica del lunes. Y como es frecuente en su ciclo (el gol de Velázquez en la final con Goiás es un ejemplo), el equipo volvió a convertir de esa forma.
“Es un buen resultado, en un partido duro y áspero. La ventaja de dos goles es muy importante y tenemos el oficio de la Sudamericana”, analizó el Turco. Y luego completó: “Es cierto que pudimos haber hecho un gol más, pero sentimos el trajín de ir a buscar tanto. No fuimos claros, pero en la Copa Libertadores hay que ganar”.
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