miércoles, 26 de enero de 2011

Independiente volvió a la Libertadores para quedarse: sin brillar, ganó bien, aprovechó errores de un rival muy áspero y va con ventaja a la altura de


La mística anda por ahí, en la noche, en las tribunas, entre esas banderas y, sobre todo habita en toda esa gente que grita por lo que fue y por lo que quiere volver a ser. Por ahora la mística anda por todos esos lugares menos por la cancha. Ahí, en el húmedo césped, hay un equipo que busca, que intenta, que choca, que vuelve a intentar y que por su principal virtud, la paciencia, obtiene su premio. Un premio que termina siendo triple por el gol de Defederico, por el gol del Patito Rodríguez y, también, por el gol que no entró en el arco de Hilario. Independiente volvió a la Copa Libertadores y se quiere quedar...

El frío análisis no debe eludir una verdad: Independiente no jugó bien. Sin embargo, lo hizo mejor que el Deportivo Quito, un rival tan digno como errático. La diferencia, básicamente, estuvo en la capacidad del equipo de Mohamed para aprovechar los regalos ecuatorianos. Claro que esos errores, en un punto, fueron forzados por la búsqueda. Buen centro de Silvera que Checa se la mata a Defederico para que debute con un grito propio. Buen centro de Cabrera, buenas cortinas en el área y Patito lindo... Así logró un resultado auspicioso para la revancha en la altura de Quito. Pero, siempre hay peros cuando se trata de un equipo que todavía parece estar en formación. A ver, cuesta entender, aunque lo haya hecho bien, la función de Mareque. Antes de la lesión de Maxi Velázquez, Mareque era quien daba el primer pase y, por ende, era quien tomaba decisiones. Sin querer, anulaba el buen pie de Battión y perdía sorpresa en la salida. Con la entrada de Patito, el dibujo del Turco cambió. Defendió con dos centrales y los laterales, Cabrera y Mareque, arrancaron casi a la altura de los dos volantes centrales: Battión y... Tuzzio. Sí, la movida de Tuzzio al medio le agregó agresividad en el uno contra uno de los volantes, aunque le quitó recorrido a Cabrera por la derecha. Parecía que el técnico, así, se tapaba el ojo derecho. Para colmo, Deportivo Quito se dio cuenta tarde de que podía lastimar al local. Mohamed también lo advirtió y por eso, cuando estaba 1-0, reconstruyó el medio con Pellerano al lado de Battión y así planteó un piquete salvador...

Defederico fue de menor a mayor y promete con su zurda picante. Patito y él podrían armar una linda sociedad. Cuando ellos encaraban, la doble línea de cuatro ecuatoriana se rompía. Silvera, obligado a moverse siempre de espaldas (igual que Parra), sólo una vez pudo meter una diagonal y Elizaga le tapó el derechazo. Independiente, queda dicho, no llegó tanto, pisó muy poco el área, tuvo que aguantar la rudeza del rival, trató de ir de banda a banda para abrir al Quito y al final lo abrió. ¿Lo mató? Puede ser...
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