martes, 11 de enero de 2011
Iván Vélez habla del apodo que trajo de su país, donde también le dicen Correcaminos. Conocé al lateral que viene a triunfar: “Apuesto a ganarme un no
Se saben algún chiste?”. José Iván Vélez Castillo pasa raudo entre el grupo de periodistas y lanza la inquisitoria. Como bautismo de bienvenida, el plantel lo obligó a contar una broma delante de todos en plena cena. Y al colombiano se le estaba consumiendo el tiempo. “No preparé ninguno, voy a pedir un día más”, rogaba. No se sabe cuál fue su suerte; sí que “el cafeterito” entró con el pie derecho en el grupo. “Agradezco a Dios por darme la posibilidad de estar en esta institución. La relación que hay dentro del grupo es espectacular. El cuerpo técnico me trata como si llevara años jugando con esta camiseta. Y la hinchada que también me da una buena llegada. En el grupo todavía no me dejaron imponer la salsa que me traje desde Colombia (se sonríe), pero son todas buenas sensaciones. Ahora hay que devolver todo ese cariño con esfuerzo”, se propone ante Olé .
Apodos son lo que le sobran al recién llegado. “Correcaminos me colocaron en Quindío, mi primer cuadro, y se debía a la zancada rápida pero cortica (sic), como la del Correcaminos cuando perseguía al Coyote. Ojalá se pueda pasar acá. De seguro que si se está bien en la parte física, uno va a poder a darlo todo y pelear, para luego alcanzar regularidad, lo que siempre me caracterizó.
-Si sos el Correcaminos, ¿quién sería el Coyote? -Hmm... El Coyote sería el lateral o el volante que va por ese sector, buscaría que él me persiga a mí. De eso se trata: de intentar imponer el juego, no estar corriendo detrás del otro.
-Tenés otro apodo...
-En Colombia me llaman Combinación atómica, je. Es por dos periodistas muy escuchados: Carlos Antonio Vélez, de la cadena radial RCN, e Iván Mejía, de Caracol. No tenían muy buena relación entre ellos, entonces me decían que era la combinación atómica porque tenía el Iván de Mejía y el Vélez de Carlos Antonio. Y porque podía explotar en cualquier momento. Y cuando narraban uno de mis partidos, uno me decía José Vélez, para no nombrar el Iván del otro colega. Raro... Je.
-¿Tu sueño era jugar en el fútbol argentino? -El fútbol de Brasil me gusta mucho, el mexicano también. Y al argentino lo vemos todos los fines de semana por la tele... Uno ve la pasión y la entrega de los jugadores y de la hinchada, cómo lo viven... En Colombia tengo un nombre, pude salir campeón con América y en el 2010 con Once Caldas. Y apuesto acá a ganarme un nombre, ganar lo que tengamos enfrente y más con un club tan grande. Viendo aquel partido con Tolima (octavos de la Sudamericana) a uno le dio la sensación de querer ser parte de esta institución. Y acá estoy.
-¿La pretemporada es igual a las que hacías en Colombia o cambia? -Cambia. Allá la parte física se trabaja pero no como acá por la misma exigencia de este fútbol: por lo competitivo, lo lleno de jerarquía y lo que hace que los argentinos nunca den una pelota por perdida.
-Teniendo en cuenta que tenés un inicio como delantero, ¿lo tuyo es más el ataque o la defensa? -Es verdad, al Boca Juniors de Cali, una escuela de formación, llegué como delantero, pero por encima tenía a Perlaza, Víctor Hugo Montaño, Edison Perea... Ahí me ubicaron de lateral, y me quedé, aunque siempre iba al ataque. Años atrás no tenía tanta marca, pero supe que mi primera función es la defensa y luego apoyar al ataque. En el esquema que quiere el profe (Mohamed), como carrilero, de desbordar y buscar combinaciones para llegar a gol, tendré que estar atento a los relevos. Todo se puede aprender.
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