sábado, 2 de abril de 2011
Como con Banfield, Assmann volvió a salvar a Independiente. Pese a que se quedó en el 1-0 del Lobo, tapó dos mano a mano tremendos.
“No podíamos fallar”, dijo.
Se habló tanto de la superpoblación de buenos arqueros de Independiente, y de lo que podía generar eso en los que quedaban afuera del arco de la Primera... Sin embargo, la realidad hizo trizas las palabras. No quedan dudas de que el Rojo es un semilleros de guantes de lujo. Porque así como cuando Hilario Navarro se lesionó en el Apertura 09, Gabbarini respondió con un rendimiento más alto que la inflación; ayer Fabián Assmann dio muestras de que reemplazar al correntino no hace temblar a sus suplentes: al igual que en el ST ante Banfield, con Gimnasia el rubio salvó dos veces a los de Mohamed.
Arrancó tranquila la vuelta de Assmann a la titularidad (la anterior en Independiente había sido el 26 de junio de 2009, 1-1 contra Arsenal); y cuyo último partido oficial desde el inicio había sido en Las Palmas, el 5 de junio del año pasado, en el 0-1 ante Girona (Segunda de España). Recién a los seis minutos el blondo tocó la pelota: fue para sacar del arco.
Claro que a los 15’ ya le había sacado lustre a sus guantes: anticipó muy bien a Romea en un mano a mano. Aunque, en el gol de Masuero dudó en lugar de salir. Sin embargo, ese paso en falso lo pagó con creces ya en el segundo tiempo cuando, a los 43’, Neira se mandó un jugadón, le pegó de zurda y el rubio la mandó por arriba. Tres minutos después, Pellerano puso el 2-1.
“Tuvimos un primer tiempo flojo. Nos dijimos las cosas en el entretiempo. Teníamos que cambiar la actitud. No podíamos fallar”, contó Assmann. Y cerró: “Ojalá clasifiquemos en la Copa. Que esta victoria sea el inicio de algo”.
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