viernes, 22 de abril de 2011

Lesiones, la Copa y rendimientos bajos le impidieron al Turco repetir el equipo. Seis cambios con All Boys.


La rotación entre la Libertadores (mientras duró) y el Clausura dejó una huella en el plantel de Independiente: lesiones por doquier, y al por mayor. Si a eso se le suman algunos bajos rendimientos se entiende por qué Antonio Mohamed no pudo repetir el equipo en las diez fechas del torneo. Un síntoma que se sentirá ante All Boys, con el cachetazo de la derrota en el clásico a cuestas. Sólo así se explica la media docena de cambios contra el Albo: dos obligados por suspensiones, tres tácticos y uno por lesión; que a su vez acarreó la variante del sistema.

La idea madre de Mohamed, del 11 campeón de la Sudamericana con Navarro; Tuzzio, Julián Velázquez, Galeano; Cabrera, Battión, Fredes, Mareque; Pato; Parra y Silvera, se fue desdibujando en el 2011 por las diversas variables que afectaron al Rojo. Decir el equipo de Independiente de memoria parece una utopía por estas horas. De la columna vertebral del Turco (Hilario, Tuzzio, Matheu, Battión, Fredes y Silvera) sólo el central de 36 años se mantuvo en su nivel, más allá de que muchas veces fue como un bombero para el técnico, que lo usó hasta de 5 y de 4. Del resto, antes de la lesión, Hila estaba dando ventajas, Matheu había perdido el puesto por nivel, Battión y Fredes fueron intermitentes entre lesiones y bajones; y Cuqui ya no parece el mismo...

Así, Lothar regresa a la cueva porque Galeano no se afianza; Mareque y Maxi intercalan partidos porque el ex Lanús (vuelve) aún no mostró el salto de calidad al margen de sus lesiones; y arriba nadie se define como reemplazo de Defederico: reaparece Villafáñez luego de que Núñez olvidara el cañón de su pie justo ante Fernández, el arquero endeble de Racing. Y encima, se desgarró Pérez.

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