Banfield es un rival muy difícil para Independiente. No sólo por la coyuntura.

Hace una rueda, lo despachó con una goleada 4-0 en el Sola y terminó con el ciclo Garnero/Menotti. Además, el historial le resulta muy favorable al Taladro desde que en el 2001 regresó a Primera: 13 ganados, dos empatados y cuatro perdidos contra el Rojo.

Entonces, ¿cómo hace este irregular Independiente para superar a un rival sin dudas más sólido, por lo menos por los antecedentes? Una alternativa es la pelota parada. Mohamed le da mucha importancia en la parte ofensiva y, desde que él se hizo cargo del plantel, casi la tercera parte de los goles de Independiente fueron por esta vía. Y Banfield viene de sufrir bastante de esta manera en su último partido: de 14 en contra, Huracán le cabeceó en diez y dos jugadas terminaron en gol, por Zárate, en segunda jugada tras un córner, y Cámpora a la salida de un tiro libre. Así, el Globo consiguió el 2-2 tras estar 2-0 abajo.

El trabajo de Mohamed se nota en los tiros libres: la opción no es sólo la pelota al área con desmarque, sino también la habilitación con un pase largo al ras del piso. Y a Vélez, que tiene a Gareca con más de dos años de trabajo, le hizo los dos goles tras jugadas en las que Maxi Velázquez cabeceó en el segundo palo (Parra y Battión).

Y si bien el cabezazo no es participante excluyente en la pelota parada, sí es muy importante. Los que suelen ganar de arriba para el Rojo son Silvera (1.82), Tuzzio (1.82), Parra (1.84) y Galeano (1.83). Pellerano mide 1.82 pero sólo uno de sus 13 goles en Primera fueron de cabeza. Falta, suspendido, Matheu (1.83). Mientras Battión (1.88) sería suplente. El Taladro tiene a Víctor López (1.81), que ya le hizo dos goles de testa al Rojo; Dos Santos (1.80), Cristian García (1.82) y Achucarro (1.75) como baluartes.

Obvio que en Banfield están avisados de que hay que estar atentos. “Nos dolió mucho la pelota parada contra Huracán. Estuvimos hablando en el grupo. Hay que corregir esas cosas”, dijo Jonathan Gómez.

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