miércoles, 9 de marzo de 2011

Mohamed, discípulo de Basile, se llamó a “silenzio stampa” ante la prensa, pero sí le habló al grupo: pidió más actitud y concentración.


La fila india con la que el plantel de Independiente dejó la cancha de Arsenal el lunes por la noche, tuvo su correlato ayer por la mañana. Tras el entrenamiento, apenas 12 horas después de consumado el 0-3 en Sarandí, los protagonistas siguieron sin hacer declaraciones. Apenas Carlos Matheu tuvo una concesión para una radio. Mohamed también prefirió cerrar la boca. De anteojos negros, gorra blanca y con la misma sonrisa que (casi) nunca lo abandona, tiró al pasar: “Como dijo mi maestro, silenzio stampa”. Justamente, su mentor Alfio Basile inmortalizó esa frase en el 2005, tras un 1-4 con Boca en el Viaducto, en el que se fue insultado. El Turco no fue blanco del descontento de los hinchas rojos. Tampoco tiene el vozarrón de su ex técnico en la Selección. Aunque ayer les hizo el Coco a sus jugadores: reconoció errores y les pidió más actitud y concentración para sacar esta situación adelante.

El silencio del técnico va más allá de no querer explicar el 0-3 en Sarandí. Tanto hermetismo, y rumores twitteros de que Mohamed pensó en renunciar, provocó que una cantidad inusual de periodistas se hiciera presente en Villa Domínico. Y el DT no quiso verse expuesto a preguntas incómodas. Hasta le llamaron la atención que por algunos resultados adversos aparecieran voces desestabilizadoras. Sin ir más lejos, para el hincha el Turco es el último que se lleva las responsabilidades por el mal momento (el top del podio es para los jugadores; ver página 15).

Aunque puertas adentro todo reconocen que, a tres meses de la obtención de la Sudamericana, el equipo ya no es el que se juega la vida en cada pelota y el que se agranda en las difíciles. La racha de 13 fechas sin triunfos en el ámbito local (está a un partido de igualar la peor marca en torneos cortos), empieza a pesar. Y a eso se le suma que por la falta de resultados el Rojo entró en una zona crítica en cuanto al promedio...

Es por eso que ayer el Turco buscó motivar a la tropa. Esta vez no se extendió más de media hora, como hace dos semanas. Apenas cinco minutos le bastaron para marcar lo que se hizo mal en la noche en Sarandí y reclamar más actitud (algo que el técnico no está dispuesto a negociar) y concentración. Ante Arsenal, los jugadores entraron dormidos: a los cuatro minutos recibieron el primer mazazo y no se despertaron hasta el segundo tiempo. La reacción posterior no les alcanzó para levantar un 0-2 que acabó peor... Tony está dispuesto a renovar la confianza pero necesita respuestas para tomar una determinación. Cuesta, porque ya se había hablado de focalizar las energías en el Clausura y no se pudo vencer a River ni a Arsenal. Se vuelve imperioso empezar a ganar...

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