miércoles, 30 de marzo de 2011

El Rojo en cinco de 13 partidos del 2011 no ganó tras estar en ventaja. Los porqué de una debilidad más.


Si Independiente apenas sacó siete puntos sobre 21 posibles en el Clausura y tiene complicada su clasificación a octavos de final de la Libertadores no es por un solo motivo. Aunque hay un déficit fuerte: de 13 partidos oficiales del 2011, arrancó ganando en ocho y en cinco al final no festejó. Cuatro se lo igualaron (Vélez, Quilmes, Banfield y Godoy Cruz en Mendoza) y uno lo perdió (el Tomba en Avellaneda). Y cuatro corresponden a los últimos cinco matchs (sólo ante Newell’s, 4-0, lo cerró). Mucha ventaja.

Desde el cuerpo técnico de Independiente admitieron influyó el desgaste, por la doble competencia que sobreexige a un plantel corto como el del Rojo. Incluso, lamentaron que el último partido, ante Banfield, no haya sido programado para la noche (arrancó a las 16.00). “Aunque el domingo no hubo una temperatura alta, para nosotros jugar con menos calor es importante porque generalmente salimos a buscar el resultado. Así, además, sumás una siesta: al descanso le damos valor”, deslizaron.

Claro que no es ése el único argumento en un plantel que actualmente tiene siete lesionados. Al Rojo le cuesta hacerse dueño de la pelota, el medio no se muestra sólido, se expone a la defensa y generalmente baja la guardia cuando va ganando. Basta con recordar los segundos tiempos con Vélez y Quilmes y los dos choques con Godoy Cruz para certificarlo. Le falta personalidad para aprovechar la ventaja. Por algo Mohamed trabaja mucho en lo anímico con sus jugadores.

Pero el técnico, tras la derrota con River, también pidió concentración para evitar “los pequeños detalles” que generaban goles rivales. Pero esos problemas no terminaron. Por ejemplo, Tuzzio ante Quilmes arriesgó una pelota dominada y del centro llegó el gol de Morales. El mismo defensor falló al no dar dos pasos adelante para dejar en offside a Cristian García y Banfield consiguió el 1-1.

Al extender el análisis se advierde que con Mohamed sólo una vez el Rojo empató tras arrancar abajo (a San Lorenzo, 1-1 en el Apertura 10). Y se perdieron 11 de 30. Clarito: no sólo no se cierran los arcos, tampoco hay reacción ante la adversidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario