viernes, 11 de marzo de 2011

La gente vivó a Mohamed y gritó que “no se va”, pero el equipo le rinde poco. ¿Qué pasa si pierde ante Newell’s?


Lanzó algunos insultos al aire, miró al piso como buscando una respuesta que no se encuentra, esperó a que los jugadores se juntaran el medio del campo y rumbeó hacia un vestuario en el que no abundaron las palabras.

Antonio Mohamed buscaba señales de apoyo. Las tuvo en la gente. Algunas banderas, y un masivo “Olé, olé, olé, Turcooo, Turcooo” y un “no se va, el Turco no se va” lo recibieron cuando se sentó en el banco de suplentes. Esa es una muestra importante que el técnico necesitaba para sentirse entero. Es alguien que, con la obtención de la Copa Sudamericana, se metió en el corazón de los hinchas.

Unos hinchas que hacen responsable de la situación a la dirigencia (Comparada recibió algunos insultos desde la popular Sur) y al plantel. No por nada apenas 18.000 personas se acercaron a un estadio con el doble de capacidad. Aunque esta vez, en lugar de retirarse insultados como en el 0-3 ante Arsenal, el equipo fue despedido con una extraña mezcla de silbidos y aplausos. Durante el partido, todo fue aliento, pedido de “huevos” y de “movete, Rojo, movete”, Donde a Mohamed le costó encontrar respuestas fue en el campo: otra vez el equipo volvió a mostrar fallas que no tenía y se cayó anímicamente con el 1-1. “Encontré energía positiva de parte de la gente, es una confirmación de que la respuesta hay que encontrarla en el vestuario. Me siento más fuerte que antes. Hay que convencer a los jugadores, nos falta entereza mental”, se mostró entero el Turco. ¿Lo seguirá estando si se pierde con Newell’s el lunes?

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