jueves, 10 de marzo de 2011

Independiente ganaba 1-0, pero Godoy Cruz se lo dio vuelta y se llevó un 3-1 valiosísimo de Avellaneda.


El Rojo sigue en caída libre, ahora en la Copa.

Hubo un Independiente, no hace mucho más que tres meses atrás, que supo cómo caer y levantarse con rapidez. Un Independiente que no brillaba, pero que emitía frecuencias de respeto hacia sus rivales por esa capacidad de oponerse a cuanta adversidad tuviese en su camino al objetivo. Hay, y habrá, un Independiente frágil. Que fue reforzado -no debilitado- luego de ser campeón y que, pese a eso, apenas siente el más mínimo roce de nudillos golpea la cabeza contra la lona.

Ante Godoy Cruz hubo un Rojo que volvió a ser fogoso. Que dio muestras de esa jerarquía durante los primeros quince minutos. Que encontró a un Gracián motivado, a un Parra goleador y cierto equilibrio en el fondo. Que se llevaba el mundo por delante. Que volvía a soñar. Que era, otra vez, ese Ave Fénix que Mohamed supo hacer resurgir de las cenizas tras la partida de Garnero y empollar con cariño y estimulación para quedarse con la Copa Sudamericana.

Pero vino el primero, un balazo al pecho, inesperado de un soldado propio: Fredes en contra. Ahí hubo brazos en jarra para un Turco que no podía creerlo. Y ahí, también, comenzó a verse ese Independiente que tiene la cabeza en el promedio y ya no siente a la Copa como un premio sino como un peso extra en su lucha con los números. Por eso, con el ánimo arrastrándose, con el alma partida, fue que Rojas iba acortando metros y nadie le salía. Al contrario, sólo faltó que le pusieran la mesa para que el zurdo la colocara e Hilario volara sabiendo, durante ese vuelo, cuál era el destino de esa pelota.

Y es que esa suerte, fiel novia inseparable en un pasado no muy lejano e ingrata en el presente, le soltó la mano. Si hasta el propio Navarro sacó desde su área, Damonte la devolvió como tirar un papel al tacho y Ramírez quedó habilitado para meter el tercero por arriba. Inentendible, inexplicable desde el lugar en el que estuvo el Rojo meses atrás. Cuando se sobreponía en un partido tremendo ante Defensor Sporting, cuando pasaba una serie cerradísima con el Tolima, cuando conseguía un 2-3 de epopeya en Quito ante Liga... El pasado, pisoteado; el presente, te Tomba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario